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miércoles, 10 de febrero de 2010

Antonio Santos Fernández - 1936

En Agosto de 1936, a la hora de la siesta, llamaron a la puerta de la casa de mi bisabuelo “Nono” (Antonio), situada en la calle La Olla, nº 2 en Constantina (Sevilla).

Mi bisabuela abrió la puerta. Dos o tres hombres preguntaron por Nono.

¡Niño, avisa a tu abuelo que unos hombres preguntan por él!.

Corriendo, su nieto, que pasaba las vacaciones con sus abuelos, subió las escaleras:

- “Nono, unos hombres preguntan por ti”.

Desde ese día, nunca más hemos sabido de él.

Mi padre, actualmente con ochenta y dos años y enfermo de corazón, machaconamente saca a conversación que quisiera saber algo de su abuelo, que fue él quien le avisó ese maldito día, y un sentimiento de culpabilidad, aún a su edad, sigue corroyéndolo por su interior.

Un compañero de trabajo me habló de esta página y sin más me he puesto a escribir los pocos datos que de mi bisabuelo tenemos:

· Su nombre: Antonio Santos Fernández.

· Su mujer: Francisca Díez Ballesteros.

· Que tuvieron 3 hijas y 1 hijo varón.

· Que posiblemente era natural de Constantina.

· Que estuvo en Sevilla trabajando de cocinero en una casa particular.

· Que quiso emigrar a Cuba con su familia, pero que perdieron el barco al ir a recoger el mismo día que salía el barco un paquete que le habían mandado del pueblo.

· Que decidieron volver después del incidente a su pueblo de origen: Constantina (Sevilla).

· Que puso un puesto de “jeringos” (churros) al lado del convento de las monjas al final de la calle Mesones en Constantina.

· Que en la feria de Constantina montaba una caseta (una de las fotos que mando) con la bandera republicana ondeando en su fachada.

· Que tendría aproximadamente 75 años cuando se lo llevaron en Agosto de 1936.

· Que le gustaba manifestar públicamente que él era ¡REPUBLICANO!

· Que no militaba en ningún partido político ni ninguna otra asociación.

· Que al cerrar su puesto de jeringos, se marchaba a casa a cuidar de su corral y pequeño huerto, tarea en la que su nieto (mi padre que vivía en Sevilla) ayudaba en vacaciones.

· Y poco más.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento lo de tu bisabuelo, fueron tantos, por desgracia. A familiares de mi madre también les sucedió. Fue una masacre.

Antonio Santos Fernández - 1936

miércoles, 10 de febrero de 2010

En Agosto de 1936, a la hora de la siesta, llamaron a la puerta de la casa de mi bisabuelo “Nono” (Antonio), situada en la calle La Olla, nº 2 en Constantina (Sevilla).

Mi bisabuela abrió la puerta. Dos o tres hombres preguntaron por Nono.

¡Niño, avisa a tu abuelo que unos hombres preguntan por él!.

Corriendo, su nieto, que pasaba las vacaciones con sus abuelos, subió las escaleras:

- “Nono, unos hombres preguntan por ti”.

Desde ese día, nunca más hemos sabido de él.

Mi padre, actualmente con ochenta y dos años y enfermo de corazón, machaconamente saca a conversación que quisiera saber algo de su abuelo, que fue él quien le avisó ese maldito día, y un sentimiento de culpabilidad, aún a su edad, sigue corroyéndolo por su interior.

Un compañero de trabajo me habló de esta página y sin más me he puesto a escribir los pocos datos que de mi bisabuelo tenemos:

· Su nombre: Antonio Santos Fernández.

· Su mujer: Francisca Díez Ballesteros.

· Que tuvieron 3 hijas y 1 hijo varón.

· Que posiblemente era natural de Constantina.

· Que estuvo en Sevilla trabajando de cocinero en una casa particular.

· Que quiso emigrar a Cuba con su familia, pero que perdieron el barco al ir a recoger el mismo día que salía el barco un paquete que le habían mandado del pueblo.

· Que decidieron volver después del incidente a su pueblo de origen: Constantina (Sevilla).

· Que puso un puesto de “jeringos” (churros) al lado del convento de las monjas al final de la calle Mesones en Constantina.

· Que en la feria de Constantina montaba una caseta (una de las fotos que mando) con la bandera republicana ondeando en su fachada.

· Que tendría aproximadamente 75 años cuando se lo llevaron en Agosto de 1936.

· Que le gustaba manifestar públicamente que él era ¡REPUBLICANO!

· Que no militaba en ningún partido político ni ninguna otra asociación.

· Que al cerrar su puesto de jeringos, se marchaba a casa a cuidar de su corral y pequeño huerto, tarea en la que su nieto (mi padre que vivía en Sevilla) ayudaba en vacaciones.

· Y poco más.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Siento lo de tu bisabuelo, fueron tantos, por desgracia. A familiares de mi madre también les sucedió. Fue una masacre.